Hay una historia que contar. De un hombre que no es común, de un carisma especial que lo hizo simplemente “un distinto”. Oscar Chapino forjó un hogar, cuyos hijos ya son profesionales. Y dos nietas quienes le dan esa alegría necesaria, clave para la alegría del alma. Claro que el “rendirse jamás” es la frase elegida de este escorpiano de ley. Fue jugador de fútbol, dirigente de distintas instituciones, llevó adelante un excelente proceso en la Federación Entrerriana de Fútbol. Ayudó a amigos, conoció la lona, pero se levantó. Divide su tiempo entre el fútbol, el apego familiar y ese cuidadoso trabajo que le lleva horas en Casa Quinta, un hogar de personas de la tercera edad.
El 13 de julio se desarrolló un acto en el que se colocó la urna que contiene las cenizas de Oscar en el Complejo que siempre adoró. Pamela, su hija, lo recordó de gran manera.
El anecdotario de Oscar Chapino no tiene desperdicios. La famosa frase proferida en la AFA. La “pelea” que nos hizo amigos y mucho más.
El 3 de julio de 2004 fue electo presidente de la Federación Entrerriana de Fútbol. Consiguió afiliar a todas las Ligas de la provincia, acompañó gestiones en Buenos Aires, fomentó clínicas de árbitros y visitó distintas localidades para ayudar especialmente a conseguir la Personería Jurídica.